sábado, 26 de marzo de 2011

Cusco: Historia, la antigua Ciudad Inca



El Valle del Cusco en la Historia
Más de 3000 años de antigüedad la respaldan para ser considerada como La ciudad vigente más antigua de América. Cusco, y su diversidad cultural y geográfica, han sufrido y gozado avatares a través de los años, que la han convertido en un centro histórico de estudio y en el foco turístico más importante del país.

Las planicies, laderas y montañas que forman el Valle del Cusco, fueron producto de un gran levantamiento tectónico que definió los perfiles del territorio montañoso de los Andes. Posteriormente el valle se convierte en lecho de un gigantesco lago glacial que al desaguar en dirección sur, dejó un fértil suelo para quienes ocuparían después este territorio.

Muchas naciones de pastores trashumantes recorr
ían su suelo hace 10,000 años.
Hace 3,000 a
ños, las mujeres que acompañaban a los pueblos nómadas de pastores habían ya descubierto la Agricultura y decidieron asentarse en el Valle del Cusco, iniciando así, los primeros asentamientos humanos.
Las opiniones difieren en cuanto a los primeros pobladores de la ciudad. Algunos afirman que fue el pueblo de Marcavalle, o las tribus de Sawasiras, Antasayas y Wallas, las que antiguamente poblaban el valle. Otros se basan en la mitología inca, que confiere a Manko Qhapaq y Pachakuteq la fundación de la ciudad. No hay certeza para ninguna de las dos posturas; lo que sí existe es una gran cantidad de muestras pre-cerámicas que respaldan el título de antigüedad asignado a la ciudad.
Pre-cerámicos que corresponden a los Hombres de Yauri y Chumbivilcas con una edad aproximada de 5 mil años a.c., a los pastores de Canas en Chawaytiri y a los Hombres de Qorqa, dedicados a la granja y pastoreo.

En el período Formativo, la ciudad comenzó a ser habitada desde el Valle de Watanay o Valle del Cusco. En el período sedentario, hacia 1000 años a.c., Marcavalle fue el lugar elegido para establecerse. Esta ciudad estaba ubicada en el lado oriental de la ciudad, y contaba con una población de granjeros y pastores precariamente organizada.

Alrededor de 800 años a.c., se desarrolló la cultura de Chanapata, y a los 600 años d.c. se creó Qotakalli, que fue la primera región del sistema de Estados Regionales implantados. Posteriormente, a consecuencia de la invasión Wari, fue creado el estado regional de Killki en el año 800 d.c, y el de Lucro hacia el año 1000 d. c.

En todo caso se trataba de naciones que hab
ían desarrollado una gran organización social, basados en los principios de solidaridad y el respeto a los mayores.

Un h
ábil dominio del territorio en base a un milenario conocimiento de la ecología y de las interacciones armónicas entre los seres vivos y su entorno.
Hab
ían también logrado cierto bienestar económico a base de una antigua tradición de trabajo compartido (AYNI).

Los sucesivos pueblos que ocupaban el Valle del Cusco encontraron tambi
én en la forma de relacionarse con los pueblos vecinos e incorporar elementos de sus creencias, conocimientos y tecnología una forma de progreso, pues enriquecían permanentemente su conocimiento, su cultura y se hacían mas sabios.

Los pueblos anteriores a los Inkas ya conocían la agricultura y el comercio. 

Los Wari, la primera organización política PAN ANDINA, que estuvo a punto de convertirse en un verdadero Imperio, vieron la importancia del Valle del Cusco, y construyeron una gran ciudad 30 km. Al Este, la conocemos hoy con el nombre de Pikillaqta.

La Sacralidad de Qosqo
La relaci
ón del Hombre con Dios tiene lugar a través de las fuerzas naturales, y de la interpretación de las energías que contienen los lugares conocidos como sagrados.
Qosqo era por naturaleza un lugar sagrado, morada de dioses. Su viejo nombre así lo indica: Qosqo equivale en nuestra lengua a Centro vital, o Plexo solar es decir el centro de energ
ía corporal donde residen los sentimientos.
Qosqo es tambi
én sagrado porque está rodeado de montañas sagradas: Doce montañas tutelares: APUS, espíritus superiores rodean el escenario donde transcurre la vida de la ciudad más importante de la América precolombina.

Su condici
ón de centro de peregrinaje es por milenios un reconocimiento a la sacralidad de esta ciudad, así, desde tiempos inmemoriales llegaban al Qosqo, hombres y mujeres, dispuestos no solo a nutrirse de su sacralidad, no solo a rendir culto y pleitesía, sino sobretodo a dar de sí, sus conocimientos, sus tecnologías, en un proceso de intercambio tecnológico que se llamaría los Mitimaes.
Las energ
ías que nutren a sus habitantes y que nacen de sus milenarias piedras y montañas se multiplican cuando nuevas gentes traen la nueva fe. El Cusco de los Españoles se convierte en nuevo centro de evangelización y su sacralidad aumenta. Cusco pasa a ser el centro de evangelización.

El Cusco de los Inkas
Cuenta la leyenda que Manko Qhapaq y la naci
ón que lo acompañaba recibió el mandato divino cuando salió del lago sagrado del Titikaka. Buscar la tierra prometida allí donde se hundiera la barreta de oro que le entregó el Sol, su Padre en signo de fertilidad.

Los acompañantes de Manko eran de alguna manera naciones descendientes de una gran civilización: Los Tiahuanaku, que habían logrado grandes avances en astronomía, agricultura, arquitectura, y tuvieron su sede al rededor del lago Titikaka.

Eran pueblos superiores que tenían la misión civilizadora, y que a la vez eran portadores de una milenaria tradición Religiosa que basaba sus principios en el AYNI, es decir la capacidad de compartir.
Las naciones que ocuparon el Valle de Cusco, y que hicieron su pakarina (lugar mítico de sagrado origen) en el cerro Huanakauri - lugar donde se hundiera la barreta de oro entregada por el sol - vivieron por muchos años en un proceso de convocatorias, llamando a los pueblos, compartiendo su cultura, enseñando sus tradiciones.
Así, afianzaron sus dominios en los siglos siguientes, llegando el momento en que fue indispensable confrontar su poder con las naciones vecinas, del Valle de Apurimac, que pretendían invadir el Cusco. A este período de la Historia se le conoce como "La guerra contra los Chankas"
El inicio de la civilización inca se dio en el año 1200 d.c. y su fase expansiva en el 1400 d.c.

El proyecto político de Pachakuteq
Inka Yupanqui, hijo de Wiracocha era un joven excepcional: de inteligencia precoz, había entendido los ancestrales principios del Ayni, y le preocupaba la Unidad de los territorios que estaban habitados por pueblos de diferentes culturas, con distintos grados de desarrollo, que sin embargo ocupaban territorios diversos de gran variedad ecológica.
El joven Inka Yupanqui había viajado y observó que más allá de los valles serranos con los que él estaba familiarizado, existían cumbres nevadas y altiplanos inhóspitos, Valles tropicales, altiplanicies, fértiles valles costeros y tórridas tierras de impenetrables selvas, es decir las tierras que circundaban a Cusco por su variedad y potencial para la producción constituían una riqueza muy importante.

El había vislumbrado que era imperativo unir los territorios bajo una sola autoridad, y lograr que las cuatro partes del Mundo (Costa, Sierra, Selva, Altiplano) empiecen a constituir una sola unidad territorial, y que compartiendo tecnologías, compartiendo recursos humanos y naturales podría cumplir un primer sueño: Llevar la civilización a todo el mundo conocido entonces.
Iniciar el proceso civilizador, era un sueño que no podía hacerse realidad sin enfrentamientos, y estos se produjeron cuando Cusco, la ciudad sagrada fue atacada, por las huestes de Uscovilca, jefe de la nación Chanca, que pretendía adueñarse de los territorios Inkas.

Inka Yupanqui organizó un ejército, estableció alianzas, hizo uso de diversas técnicas guerreras, desde los ejércitos formalmente reclutados hasta las guerrillas comandadas por Chanancoricoca. Cuando por fin los Inkas de Cusco vencieron, reconocieron el liderato del nuevo inka, que desde entonces asumió su nuevo nombre: "Pachakuteq Inka Yupanqui".


El soberano Inka


Con Pachacutec el imperio incaico se extendió a sus máximos límites.

Bajo el paradigma de "Unir para gobernar" Pachakuteq, el transformador del Mundo empezó a construir nuevas relaciones, nuevos equilibrios geo políticos, nuevas alianzas, y sobretodo los pueblos que poblaban todos los territorios conocidos empezaron a organizarse en el gran Tawantinsuyo, el Imperio de las cuatro partes del Mundo : Así el Norte predominantemente de valles interandinos y montañas escarpadas, se denominó el Kuntisuyo: El Occidente, formado por valles y desiertos costeros formó lo que sería el Chinchaysuyo. Hacia el Sur estaba el altiplano que rodeaba al lago Titikaka, que a su vez se llamó el Qollasuyo, y finalmente la zona oriental, hacia la Amazonía tomó el nombre de Antisuyo.


De esta manera, un proyecto político unificador en el corazón de los Andes, tomaba clara diferencia con el paradigma occidental que preconizaba "Dividir para Reynar". A partir de entonces se empezó a gestar la grandeza del Tawantinsuyo, con su ciudad capital: Cusco .

Algo que caracterizó a Pachakuteq, fue su profundo respeto por las tradiciones de los pueblos vencidos. Los símbolos de los pueblos vencidos, fueron venerados en el Korikancha y en el Sunturwasi, y algunas de sus tradiciones y costumbres fueron asimiladas por el pueblo Inka.

Llegada de los Conquistadores Españoles
Lo que sigue es una historia conocida, el 15 de noviembre de 1533, llegaron los españoles y con ellos la caída del imperio, y una abrupta irrupción cultural que trasladó la capital hacia Lima.


Pero los espíritus de lucha no viajaron a la nueva capital, todo lo contrario, permanecieron en Cusco. Uno de las principales expresiones de este espíritu, fue el levantamiento de Manko Inka, que duró desde 1536 hasta 1572, fecha en que fue derrotado y ejecutado el último integrante de la dinastía inca, Tupac Amaru I.




Los españoles tuvieron una dura resistencia de los caudillos inkas
durante los primeros años de la colonia.


Proceso de Independencia

Pero no podemos olvidar al más grande precursor de la independencia peruana, Tupac Amaru II o José Gabriel Tupac Amaru Inga quien, en el 1780, inició una nueva rebelión que marcó indiscutiblemente el precedente más significativo en contra del régimen español en América. Lamentablemente, una traición fue causa de su derrota y de su ejecución junto a su familia, en la Plaza Mayor de la misma ciudad que lo vio nacer.

Túpac Amaru II


El precedente había calado, y fue seguido por Mateo Pumacahua y los hermanos Angulo, quienes propiciaron otra rebelión entre 1814 y 1815.

Finalmente, en 1821, producto de las incesantes luchas y el apoyo integral sudamericano, el Perú logró su independencia de España.

Cusco en la época moderna
Y para 1933, Cusco era declarada la "Capital Arqueológica de América del Sur" por el Congreso Americanista realizado en Argentina.

Pero no sólo las rebeliones remecieron a la ciudad, sino que también lo hizo el poder de la naturaleza, con un terremoto de 7 grados en 1950, que dejó en pie sólo la cuarta parte de sus edificios originales.


Sin embargo, por la gran magnificencia cultural e histórica, Cusco recibió innumerables muestras de reconocimiento mundial, como la dada en 1978 por la 7ma. Convención de Alcaldes de las Grandes Ciudades Mundiales, realizado en Milán - Italia, que declaró al Cusco como la "Herencia Cultural del Mundo". La UNESCO, por su parte, le otorgó en 1983, el título de "Patrimonio Cultural de la Humanidad".


El Perú no se quedó atrás, y el 22 de Diciembre de 1983, reconoció el portento de sus interiores andinos con una ley que declaraba a la ciudad del Cusco como la "Patrimonio Cultural de la Nación" y "Capital Turística del Perú".





Descripción de la antigua Ciudad Inca


La ciudad Puma
Cusco, la ciudad sagrada centro de peregrinaje y culto. Debía ser una urbe digna de su importancia. Así, Pachakuteq el transformador decidió reconstruirla y poner en ella su gran esplendor.
Sus arquitectos decidieron su forma: La de un felino agazapado; un Puma (León de la Montaña).
Los astrónomos planificaron un complejo sistema de santuarios cuidadosamente alineados con los astros, para corresponder a un gigantesco calendario, que además tendría funciones de organización social y festiva.


La colina fue transformada y moldeada. La parte alta que correspondía a la gran cabeza del Puma, pasó a ser Saqsaywaman, la fortificación multifuncional que era a la vez templo, refugio, observatorio, y centro de grandes reuniones masivas.


La columna vertebral del puma estaba delineada por la calle Pumakurko. Por allí, cual espina dorsal discurría la Vida del Imperio conduciendo las órdenes desde la Cabeza a las diversas partes del cuerpo. La Plaza corazón palpitante de la ciudad era donde residían los sentimientos y latía la vida cívica.


El distrito de Pumaqchupan o la "Cola del Puma" está en el punto de encuentro del río Saphi (raíz) con el Tullumayu (Río del Hueso o Río Delgado), delante de donde hoy se encuentra el Hotel Savoy.



El Qorikancha, que relucía de esplendor sus templos de piedra y oro. Contenían un jardín de oro donde las plantas, animales y otras ofrendas estaban hechas de oro, plata y piedras preciosas. Era pues una ciudad de fábula.

Pero más que las riquezas o portentos arquitectónicos eran sobresalientes en la ciudad de Cusco, su sacralidad, y su importancia política, porque desde aquí se gobernaba un territorio tan grande como el Imperio Romano, y desde sus palacios y calles se gestaba una sociedad con equilibrio y con justicia.

La ciudad era de calles estrechas, normalmente rectas y correctamente empedradas. Las paredes de los edificios de la zona central estaban construidas de piedra tallada, mientras en los suburbios eran de adobe (barro-ladrillo) o pirka, con las paredes de tipo rayado con estuco pintado o yeso hecho de arcilla. Los techos eran de paja.



Las casas no tenían muchas puertas ni ventanas para mantener la temperatura en las estaciones frías.

El Centro Incaico


La vida en la ciudad del Cusco antiguo giró alrededor de su gran Plaza, empedrada con lajas y cubierta con arena del mar para evitar accidentes en las estaciones lluviosas. Esta era dividida en dos sectores por el río Saphi. En el sector llamado Huakaypata, sector ceremonial o, como señala la tradición, Wakaypata, el sector llorón, se realizaban las ceremonias políticas y religiosas más importantes del Tahuantinsuyo. La otra mitad de la Plaza era el Kusipata, sector de la alegría, porque allí, después de las grandes ceremonias, la población se concentraba para llevar a cabo sus fiestas, comer y beber. Por el centro de estos dos sectores había una alta plataforma conocida como Usnu desde donde los incas, sacerdotes u otros oficiales se dirigían a la gente.

Alrededor de la Plaza estaban los edificios más importantes, principalmente palacios de algunos Incas. Cada palacio ocupó un territorio ancho, casi siempre un bloque o cancha (patio alrededor del cual se disponían varios recintos de planta rectangular, conformando la unidad básica de la arquitectura residencial inca). Allí también moraba la panaca del Inca, su familia.

Hacia el nordeste destacaba el palacio del Inca Pachacútec, conocido como Qasana, y que hoy forma esquina con la Calle de Plateros; hacia el norte estaba el palacio de Inca Roqa nombrado Qoraqora; el palacio del Inka Wiracocha, el Kiswar Kancha, estaba en el área donde actualmente está la Catedral. Delante de ese palacio había un Suntur Wasi, edificio que tenía forma cilíndrica que sirvió como Casa de los Emblemas, recinto donde se guardaban los estandartes sagrados del Inca; al este del anterior, el Hatun Kancha que perteneció al Inka Yupanqui; en el Pukamarka que era el palacio de Tupaq Inka Yupanqui, ubicado hoy en la Calle Maruri, todavía se ven sus magnificas paredes.


El palacio de Hatunrumiyoq, hoy palacio Arzobispal, en donde se encuentra la Piedra de los Doce Angulos, perteneció a Inka Roca; se supone que el palacio de Qollqanpata, localizado en la parroquia de San Cristóbal, fue propiedad del Inca Manco Capac. El Amaru Kancha fue el palacio de Huayna Qapaq, ocupado actualmente por la Compañía de Jesús, hoy rodeada por la avenida el Sol, calles Afligidos y Loreto. Delante de este último palacio también había otro Suntur Wasi.

Alrededor del Kusipata, la actual Plaza de Armas, no había ningún otro palacio, pero las áreas ya estaban preparadas y amuralladas para los futuros edificios. Aquí, también, cada 5 días, se llevaba a cabo el qhatu (mercado), basado en el trueque (intercambio de productos), a la que asistían cientos de personas.

Pucamarca
Se llama así a la gran manzana que encierran las calles Maruri, Pampa del Castillo, Plazoleta de Santo Domingo y Romeritos. Por sus dimensiones, Garcilazo la llamó "barrio grandísimo"; en tiempos incas pudo estar formada por tres manzanas alargadas con un eje mayor paralelo a la Plazoleta. Pucamarca era parte de la infraestructura religiosa de la ciudad. La primera manzana, frente al Koricancha, contenía a Cusicancha, en la esquina de Santo Domingo y Romeritos.

Se dice que allí nació Inca Yupanqui, Pachacútec. Allí también hacían sacrificios los miembros de la panaca (familia o linaje real) del Inca, el-al ayllu de la familia de ese Inca. Al oeste de esa casa había un edificio pequeño llamado Illanguarque donde, según el cronista Cobo, se rendía homenaje a las armas de Pachacútec. Al extremo oeste, frente a la Plazuela de Santo Domingo, estaba Morourco, nombre que también puede ser amaru urco -serpiente macho-, que era la casa donde se guardaba la larga soga, huasca trenzada en cuatro colores: negra, blanca, bermeja y leonada, con una gran borla de lana gruesa y colorada en su extremo.

Según Cristóbal de Molina, unos danzantes la llevaban en taqui - baile y canto -, a la plaza central, para danzar con ella y dejarla enroscada en el piso como una serpiente. Esa danza se llamaba yanayra y era parte de las festividades del Cápac Raymi, que celebraba el solsticio de verano.

El Acllahuasi
El Acllawasi o Casa de las Vírgenes del Sol, casa de las acllas o ñustas escogidas, estaba en el lado nordeste de la actual Compañía de Jesús. Era un largo solar que parte de la Calle del Triunfo, frente a la Catedral, y llega hasta la calle Maruri. Habría tenido cerca de 220 metros de largo en dirección norte sur y 50 metros de ancho.
Seguramente, el acllahuasi siguió los patrones de construcción incaicos y la distribución interior del local debió contener varias canchas dispuestas en sucesión.

Algunas casas conservaron el dintel trapezoidal incaico, sobre el cual se fueron adosando los escudos nobiliarios del nuevo ocupante, sencillas columnas clásicas y florones de gusto plateresco. La posición del zaguán no es central y simétrica, como en Lima, sino que se sitúa a uno de los lados e incluso en esquina. Esto impide ver el interior de la casa desde la puerta de calle. Sólo después de trasponer el zaguán el visitante descubrirá los típicos patios de corte renacentista, con arquerías de medio punto sostenidas por columnas de piedra en ambos pisos. Esta disposición resulta similar a la observada en los claustros conventuales, aunque en la arquitectura doméstica suelen alternarse dos o tres arquerías con corredores o galerías altas de madera labrada. Las escaleras, con graderías de piedra, solían ser de caja y se situaban en un ángulo del patio y a veces ostentaban ornamentación en relieve o figuras escultóricas, como el león de la Casa del Almirante.

La exquisita cantería de la calle Loreto o Callejón del Sol da cuenta de la importancia del edificio. Intikijllu, por ejemplo, era el muro oeste de ese edificio y es una notable obra edilicia. Si se lo observa con detenimiento se encontrará que ningún sillar es igual a otro y que, conforme se superponen las hiladas, la altura de las piedras es cada vez menor. El frente que daba a la plaza se ha perdido y sólo restan fragmentos de muros en los locales comerciales de ese frente. El lado este del viejo edificio queda en la calle Santa Catalina Angosta y su prolongación en la calle Arequipa. Buena parte del frente está ocupado por la iglesia y el monasterio de Santa Catalina. Algunos locales comerciales completan ese frente y exhiben restos del muro perimétrico cortado por puertas modernas.







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